"Se hace camino al andar"- A. Machado

sábado, 4 de junio de 2011

Para dar voz al corazón

"Que escribo este poema porque resulta que soy un niño"

 Jesús Lizano


Es habitual aventurarse a decir qué es poesía, pero poco frecuente preguntarnos por qué se escribe o cómo llegamos a ella. Qué es un poema, cuándo un texto es o no poema, si un conjunto de versos hacen un poema por sí mismo o el todo es una estructura que va más allá de la suma de sus partes; cómo conseguirlo, cuál es la vía a través.

Las respuestas toman claridad cuando recuerdo una conferencia poética de hace algunos años. Entre versos libres y sonetos, debates manidos sobre tiempos y estructuras y argumentos nacidos para alimentar visiones personales, alguien dijo una frase tan simple como reveladora. Esta frase no es para mí importante por su contenido, sino por las preguntas que me planteé en aquel momento y que aún ahora me planteo. Una frase tan sencilla como: "poesía es lo que sale del corazón".

La frase es una huella de memoria hacia las preguntas planteadas. Y bien, ¿qué hay en el corazón? En el corazón hay vísceras, sangre, venas, músculos, un tejido incomprensible. Si realmente deseamos saber qué hay en el corazón, no basta con urgar dentro del tórax y agarrarlo. Es necesario un autoconocimiento profundo para transmutar esas vísceras en un lenguaje poético. Es necesaria la formación y la introspección suficiente que nos faciliten una claridad de ideas. A veces, la escritura espontánea da lugar a una verdad; y ésa es la misión de la poesía: decir la verdad. Si el camino no es claro, el resultado será confuso y no poético. Muchas son las vías para alcanzar este conocimiento: la reflexión, una luz breve dada por la inspiración, el tiempo, o herramientas de trabajo modernas, como el Coaching. El escritor suele olvidarse de para quién escribe o por qué lo hace. Si el resultado es certero y poético, será una verdad para todos, y no para unos pocos. Si ese resultado está nublado por sombras, el objetivo permanecerá oculto y malogrado.

Finalmente, ¿cómo traducir lo hallado en el corazón en un texto poético o narrativo? Aunque lo sepamos, aunque lo intuyamos, quizá no podamos darle la forma que la idea realmente aspira y necesita. Si el resultado es literario, la herramienta es la palabra. Para traducir correctamente una idea en principio vacía de palabras, es entonces necesario conocer con profundidad nuestra herramienta: el idioma, su gramática, su vocabulario y su estilo.

Es posible que la poesía esté en el corazón; pero no es sencillo verla y menos traducirla. La formación y el trabajo es lo que convierte a un texto en principio malogrado en una obra literaria clara y sólida. Conocer con profundidad tanto nuestra idea como nuestra herramienta para darle forma y finalmente pulirla. Lenguaje escrito y autoconocimiento. Apertura mental, romper bloqueos y cuidar la palabra. Ser, en definitiva, artesanos de nuestro propio pecho, una vez sabemos qué hay en él. Y aprender a usar la palabra para darle forma. Precisamente para ayudar a ello, existen lugares como El Desván de las Letras.

Rubén Camacho Zumaquero
http://www.eldesvandelasletras.com/
rubendesvandelasletras@yahoo.es

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